Poetas del mundo, Flavia Company, Argentina

 

FRAMENTO POEMA: VOLVER ANTES QUE IR

A mi torre de marfil le quedó la memoria del elefante
y sus colmillos afilados que muerden hacia dentro
y abren brechas
: no se pueden ver desde afuera
y nadie sabe que por aquí
está esta jungla impracticable
como tu cuerpo de arena y alacranes
la despensa de mis anhelos
frutas de harina y hormigas
cuencos de agua y cartón
donde golpean la lluvia y las ideas
prendidas en alfileres envenenados
como insectos de alas rotas
con miles de ojos azules, verdes, rojos
: no importan los colores, se proyectan
en la sábana, ese lienzo intacto
todavía
mientras el adverbio manda
con sus letras abiertas como manos con hambre
la huella dactilar del mundo
sembrada y creciente
llena de pelos que se atragantan
se atoran en un desagüe imperfecto
un tubo que va hasta el centro de la tierra
para topar con monedas de latón y carne acrílica.
Entonces qué hago, cuántos miligramos
se necesitan para que el dolor sea astilla
y la fiebre cinta aislante para los cables pelados
lentamente
por ratas aficionadas, sin rabia,
grises y mansas, sumisas como el vino,
el se fue, porque irse es posible
y hasta inevitable como el ritmo de la angustia
que se hace gusano cuando le preguntás
dónde ha nacido, de dónde viene
sin pasaporte, ilegal, con equipaje,
su hilo dental, su cepillo, su ropa grande
a cuadros, a rayas, a destiempo,
a contramano, entre hielos rotos por la sal
de un mar de dudas, su frase hecha,
la diana de un dardo mediocre,
por qué ibas a aspirar a más
si detrás de cualquier suma hay una resta,
hay un pasado, tantas orugas con agujas
que tejen y destejen lo mismo cada vez
como si hubiera un diagrama de conjuntos
apelmazados que solo se quiebran al nombrarlos.
Cuando la palabra sale me meto los dedos en la garganta
y la vomito para ver los alimentos triturados,
aún reconocibles, manzana, nuez, palta,
aceite, avispas, papel y plástico,
el envase va incluido, sin etiquetas,
nunca me gustaron, porque los detalles
parecen solo eso y después son la vida,
una taza de agua hirviendo en la alacena,
al lado de la sal y de las llaves desordenadas
o del libro de cuentos del hijo que iba a tener
cuando era fértil como la tierra
a la que regresé en vuelo sin motor,
es decir en silencio,
con el convencimiento propio de las paredes encaladas,
no vaya a verse el ladrillo, lo de abajo, lo que se sueña:
que nos quieran más que nosotros mismos.

 foto flavia

Flavia Company (Buenos Aires, 1963) escritora, periodista y traductora. Nació en Buenos Aires el 27 de septiembre de 1963. Vive en Barcelona desde 1973. Su obra, que está recogida en varias antologías, ha sido traducida en Francia, Holanda, Brasil, Polonia, Alemania, Portugal, Italia y Estados Unidos. Es licenciada en Filología Hispánica, traductora, periodista, profesora de l’Escola d’Escriptura del Ateneo Barcelonés y de Creación Literaria (cuento) en el Máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra. Crítica literaria en suplementos como Babelia o Quadern y colabora con Página/12.

https://es.wikipedia.org/wiki/Flavia_Company
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