El silencio del hombre solitario

ritratto

Poemas de Carlos Penelas

EPÍSTOLA A LOS PISONES

Estos pobres enemigos, Horacio,
cargados de celos y rencores
vigilan desde las quemaduras de la pereza
los hospedajes de los reinos mezquinos.
Con las piernas heladas, suplicantes,
repitiendo injurias en encuentros inútiles
imploran la fama sobre el légamo
de páginas baldías,
irremediablemente convocadas al perdón.
Solitario atravieso la luz y la ceniza.
Corrompidos por leyendas y dioses
destrozan la belleza
como un cuchillo troyano la maldad.

(“Finisterre”, 1985)

***

ACRACIA

Ante ídolos terribles y dioses eternos,
escuchando campanas
en las alas de un fuego invisible,
sus sandalias marcaron una huella inexplorada
en los altos jardines
donde los ojos infernales no llegaron.
La vida los protegió de las ambiguas manos,
de la dudosa farsa del sollozo.
Soñaron la desmesurada memoria
que los niños escuchan
en la intimidad de sus alcobas.
Nobles como la rústica mesa de un campesino
hacen inscripciones en la arena.
La belleza y la dicha
como una pasión entregada al olvido
protegen el silencio del hombre solitario.

(“Finisterre”, 1985)

***

LA VIDA EN TUS OJOS

La vida se recoge en tus ojos,
se desliza en bellas palabras,
en ardientes designios que restituyen
la íntima magia del fuego.
Amada, como un príncipe solitario
busco mi destino en la voz desvalida,
en la oración de la videncia
que purga los rigores del tedio
o los rostros hipócritas de la ciudad.
Delicada y bella me acompañas
sobre el terror del orden y la gloria.
Sé que tus senos necesitan el ritual
de mi tacto, el efímero asombro.
Esto soy, en la desnuda calma de tu lecho.

(“Al amoroso fuego”, 1987)

***

PLAZA RODRÍGUEZ PEÑA

En este banco se sentaba mi madre.
la candidez crecía junto a Poncho Negro.
Entre esos árboles aún viven dioses y héroes.
El gozo y el amor descubrieron
los románticos ojos de una muchacha,
la rosa roja del poema, el otoño del padre.
Aquí Lugones y Franco y el silencio.
Aquí descansa Gala.
En esta plaza mis hijos recorrieron
la evidencia de otros umbrales.
Los fantasmas la habitan junto a los jacarandaes.
Su magnitud devora las islas del olvido.
Desde aquella hamaca

(“Calle de la flor alta”, 2011)

***

ALGUIEN SUEÑA JUNTO AL MAR

Separado y melancólico miro la rompiente,
el vagar ansioso de un cielo imposible
en las cortantes naves
que bordean espumas y cabelleras.
Vida y tiempo lentamente adorables.
Aquí está el milagro. Lo sabía.
En el insomnio, en la inmovilidad de la noche,
en la rosa blanca y apresurada,
en un fado de Amalia Rodrígues,
en la sacralidad de Arvo Part, en la lujuria.
Así me amas, entre la desazón y la quietud
de una buhardilla, con el desánimo y la pasión,
desde el otoño y el lecho amanecido.
Me amas hasta el fondo, hasta el atardecer,
hasta el abismo. Soy lo definitivo,
aquello que tiembla y se desvanece
en esta fina mañana. Solitaria, relumbrante.

(“Poemas de Trieste”, 2013)

***

PADRE

Padre, levanta la cabeza y mira loscipreses.
Camina con tushonradoshuesos campesinos
hacia la luz de la nostalgia.
Otravez te esperanelcombate y la derrota.
Todaslasnochesvienes con tu voz
a visitar loscuartos de esta casa,
adecirmepalabrasque no entiendo.
Padre, salúdame con tu sombrero en alto.
Esta noche tu hijo ha soñadoquehasmuerto.

(“Cánticos paternales”, 2015)

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Carlos Penelas  nació el 9 de julio de 1946 en la ciudad de, provincia de Buenos Aires, y reside en Buenos Aires, capital de la República Argentina. Es Profesor en Letras egresado de la Escuela Normal de Profesores “Mariano Acosta” y es en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires donde cursó Historia del Arte y Literatura. Obtuvo primeros premios y menciones especiales en poesía y en ensayo, así como la Faja de Honor (1986) de la Sociedad Argentina de Escritores —de la que fue en 1984 director de los talleres literarios— y otras distinciones. Su quehacer ha sido difundido en innumerables medios gráficos periódicos nacionales y extranjeros, tanto en soporte papel como electrónico. Dictó conferencias en un alto número de instituciones de su país y del exterior. Fue jurado nacional y provincial y panelista en mesas redondas. Fue incluido, por ejemplo, en las antologías “Poesía política y combativa argentina” (Madrid, España, 1978),“Sangre española en las letras argentinas” (1983), “La cultura armenia y los escritores argentinos” (1987), “Voces do alén-mar” (Galicia, España, 1995), “A Roberto Santoro” (1996), “Literatura argentina. Identidad y globalización” (2005). Publicó a partir de 1970, entre otros, los poemarios “La noche inconclusa”“Los dones furtivos”“El jardín de Acracia”“El mirador de Espenuca”“Antología ácrata”“Valses poéticos”“Poemas de Trieste”, “Homenaje a Vermeer”, “Elogio a la rosa de Berceo”, “Calle de la flor alta” y “Poesía reunida”. A partir de 1977, en prosa, fueron apareciendo los volúmenes “Conversaciones con Luis Franco”“Os galegos anarquistas na Argentina” (Vigo, Galicia, España, 1996), “Diario interior de René Favaloro”, “Ácratas y crotos”, “Emilio López Arango, identidad y fervor libertario”, “Crónicas del desorden”, “Retratos”, etc.

http://www.carlospenelas.com/

Entrevista realizada por Rolando Revagliatti